- Costa Rica juega su continuidad rumbo al Mundial 2026 en un duelo clave ante Honduras, su rival histórico en la región.
- Con el margen de error agotado, la tricolor necesitan sumar de a tres y esperar combinaciones favorables para clasificar.
La Selección de Costa Rica enfrenta el momento más determinante de las eliminatorias rumbo al Mundial de 2026. Con un camino lleno de obstáculos, dudas en su rendimiento y la obligación de sumar puntos de inmediato, el duelo ante Honduras llega como un partido que trasciende lo deportivo: es cuestión de orgullo, historia y supervivencia mundialista.
Un panorama eliminatorio contra el tiempo
Costa Rica llega a esta última ventana eliminatoria con la clasificación directa comprometida. El combinado nacional acumula seis puntos en el Grupo C, por detrás de Honduras y Haití, que lideran con ocho unidades, mientras Nicaragua completa una zona más disputada de lo esperado.
Para seguir soñando con la Copa del Mundo, los dirigidos por Miguel “El Piojo” Herrera deben cumplir una ecuación clara: ganar su partido ante Honduras y que Haití no gane ante Nicaragua.
— Concacaf (@Concacaf) November 18, 2025
O bien asegurar un segundo lugar lo suficientemente sólido para aspirar al repechaje intercontinental. La diferencia de goles, por muy mínima que parezca, también podría inclinar la balanza.
La reciente derrota ante Haití golpeó fuerte en la tabla y en el ánimo del equipo, dejando en evidencia que cada error pesa y cada punto perdido se siente doble. A lo interno del país, los aficionados se cuestionan la continuidad del cuerpo técnico tras los malos resultados. El margen es mínimo. El momento es crítico.
El rival de siempre en el momento más decisivo
Que el próximo partido sea contra Honduras no es una casualidad caprichosa del calendario, es un choque cargado de historia, tensión y rivalidad. Para muchos, este es el clásico centroamericano por excelencia.
La selección catracha y la tica han disputado finales regionales, eliminatorias dramáticas y encuentros marcados por la intensidad emocional de dos países acostumbrados a pelear por la cima del área.
Durante décadas, estos enfrentamientos han definido clasificaciones a Copas Oro, ediciones de la Copa UNCAF y hasta carreras mundialistas. En Tegucigalpa o San Pedro Sula, el ambiente suele ser hostil; en San José, la exigencia crece y el margen de error se reduce. Cada encuentro se vive como una final, y esta vez lo es aún más.
Más que tres puntos
El partido ante Honduras será una prueba de carácter para un equipo costarricense que busca reencontrarse con su mejor versión. No solo se juega la clasificación, sino la credibilidad de un proceso que ha sido irregular y el impulso anímico necesario para cerrar la eliminatoria de pie.
Para Costa Rica, vencer significa seguir con vida. Perder sería despedirse. Y hacerlo contra su rival histórico añadiría un peso emocional difícil de sobrellevar para todo un país que respira y vive el fútbol.
La Selección Nacional llega a esta fecha eliminatoria con la presión al máximo y con la obligación de responder en el campo. El destino ha querido que el partido clave sea ante Honduras, el rival más simbólico de la región.
Las matemáticas están claras, el margen de error desapareció y el desafío es mayúsculo. Ahora, Costa Rica debe demostrar si aún tiene la fortaleza para levantarse en los momentos grandes.
Escrito por Esteban Varela

